La Clau me cuenta del vídeo que da vuelta. Su enojo contra los sujetos que filmaron la escena, hace que me cueste entender de que diablos se trata. Me cuenta de los Hashtag, y que en tuiter trataban de "puta" a la niña filmada. Me indigna...
Pero no me sorprende que pase, total con tanto reality se nos ha hecho medio normal enjuiciar lo que hace "el potito del vecino". O se nos hace normal dar caña si existen ciertos "justificativos": según dónde lo hizo, con quién lo hizo o si se dejo grabar. Cómo si el dónde, el cómo, quién... o, la cámara por si misma validará meterse en la vida de otro. Y quizá sea cierto, "la cámara lo valide".
En todo caso, si la diferencia entre lo público y lo privado, proviene enteramente de la técnica/tecnología disponible, algún día todas nuestras relaciones sexuales estarán en internet. Si, ellos seguramente pudieron haberse conseguido un cuarto, pero no haberlo hecho no afecta en nada su moralidad: recuerde que las preferencias por los cuartos, o por las tinas, o los ascensores, son siempre personales. Los inmorales -quienes no diferencian el bien del mal- son aquellos que los graban, que los molestan y quienes los insultan, todos quienes los insultan.
Su vídeo y las circunstancias del vídeo, es asunto de 2. No porque este grabado es público, de la misma manera de que si alguien conversa en la calle no hace de esa conversación algo público y por la misma razón de que si su perro caga en la plaza el mojón NO es público. El mojón es suyo, hágase cargo.
Hay mejores cosas que grabar secretamente:
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